En el siglo XIX, Pere Pons Barallat fundó una casa de huéspedes en la Pobla de Lillet, complementando la economía familiar agrícola. En los años 40, los bisabuelos Ramon Pons y Antonia Parareda establecieron el Hostal Cal Pericas, un pequeño hostal con 8 habitaciones. En los años 60, Josep Pons y Tomasa Fernández, como sucesores, trasladaron el negocio al centro del pueblo, construyendo el edificio actual. 

La tradición familiar continúa hoy con la nueva generación, los hermanos Pons-Fernández, quienes han reformado tanto el hostal como el restaurante con el objetivo de ofrecer los mejores servicios a los visitantes y huéspedes que exploran su pueblo.

En la reciente reforma del hostal, Tono Bagno ha colaborado en el suministro de :